Cozmo, la mascota robótica que tiene emociones
El desarrollo de robots es algo normal hoy en día,
los tenemos disponibles en una amplia variedad de diseños, formatos y
tareas, como por ejemplo juguetes diseñados para educación. Pero hay un campo que siempre ha resultado atractivo tanto a niños como adultos: los
robots mascota con sistemas de inteligencia artificial.
Anki es una compañía con sede en San Francisco que saltó a la fama después de diseñar una interesante evolución de las pistas de coches de juguete, y que ahora regresan a la escena con
un nuevo robot de nombre Cozmo, un proyecto donde interviene la
inteligencia artificial y la expresión de sentimientos, algo que sin
duda nos recuerda al famoso y entrañable Wall-E de Pixar.
Lo primero que menciona la gente que ha tenido contacto con Cozmo, es
que les recuerda mucho el aspecto y comportamiento de Wall-E, algo que
no llega de gratis ya que uno de los colaboradores en este desarrollo es
Carlos Baena, ex animador de Pixar, porque uno de principales objetivos
de este proyecto es que Cozmo pudiera
"expresar sentimientos", y así crear empatía con el usuario.
La expresión de sentimientos se logra en base a su rostro que es
una pequeña pantalla OLED con ojos animados
que se transforman dependiendo de la situación, es así como sabremos
cuando está enojado, pensativo, durmiendo, aburrido, triste,
sorprendido, asustado y otra gama de expresiones que se combinan entre
sí para dar una variedad muy amplia que ayuda con su interacción.
El robot es capaz de moverse y jugar gracias a un sistema de
inteligencia artificial, el cual se va moldeando dependiendo de las
interacciones que tenga con las diversas personas a su alrededor, ya que
además
es capaz de reconocer rostros y voces, por lo
que cuando conoce a alguien nuevo se muestra temeroso y desconfiado, tal
y como lo hiciera un niño, pero con el paso del tiempo si esa persona
se gana su confianza veremos como cambia la actitud.
Cozmo funciona con una aplicación móvil compatible con iOS y Android,
desde donde podremos interactuar con él por medio de una serie de
bloques físicos
que se convierten en una forma de competir, jugar y que Cozmo aprenda a
explorar su mundo y de los cuales dependerá la creación de su
personalidad, porque es capaz de burlarse si nos vence en un juego, o
llorar y frustrarse si nunca gana.
Cuenta con sus propio sistema de mapeo de zonas que le permite
identificar en qué lugar se encuentra, además de sensores que le ayudan a
identificar orillas de mesas o escaleras para que no caiga
accidentalmente. Sus dimensiones son realmente pequeñas, por ello su
batería apenas alcanza dos horas de autonomía pero por fortuna
se recarga en sólo 10 minutos.
El objetivo de Cozmo es crear un vínculo emocional con su dueño,
además de que sus creadores prometen actualizaciones periódicas para
añadir nuevas funciones y capacidades.